jueves, 30 de mayo de 2013

Coaching Ontológico


Hace varios años atrás andaba con una sensación de inquietud, un fuerte sentimiento de insatisfacción personal y profesional que me costaba articular. Tuve la suerte que mi amigo Carlos Gonzalez, me presentara a  Oscar Chang, quien por primera vez me habló de la ontología del lenguaje y del coaching ontológico.

Oscar había estudiado con Fernando Flores y hablaba de un modo cariñoso respecto de lo que había aprendido con Flores, además contaba las acciones e intervenciones organizacionales que realizaba, basado en su aprendizaje y me parecían muy interesantes. Yo había leído a Flores y no había comprendido el alcance de las propuestas que hace en “Inventando la empresa del siglo XXI” o en “Creando organizaciones para el futuro”.
Me matriculé en el programa de coaching que da Newfield Network (ver www.newfield.cl), donde conocí a Julio Olalla y a muchas otras personas que trabajan con él. El programa fue de mi más completa aprobación, tuve vivencias muy significativas y aprendí muchísimo. Hasta el día de hoy reconozco y valoro lo que ahí viví y el aprendizaje alcanzado. Con posterioridad hice el programa para graduados con Rafael Echeverría (ver www.newfieldconsulting.cl) y confirmé lo valioso y significativo que es el modelo desarrollado.

Cuando me preguntan por el tema, hago notar la importancia del postulado “vivimos en mundos interpretativos”, las personas construimos historias acerca de todo: nosotros mismos, el pasado – presente – futuro, las personas con las que nos relacionamos y muchos asuntos más. Estas historias no son ni verdaderas ni falsas, son interpretaciones y como tal tienen el poder de guiar nuestra vida, de llevarnos al sufrimiento o a la felicidad, de colocarnos en distintas disposiciones en la vida. La formación en coaching releva este postulado, al hacer un giro reflexivo y preguntarle al coach, ¿en qué mundo interpretativo vives?, la misma pregunta que guiará el trabajo posterior con el coachee.
 
A partir de lo anterior, destaco también todas las prácticas para desarrollar interpretaciones más flexibles, aceptar que nuestras interpretaciones pueden cambiar, que podemos aprender, que tenemos “enemigos del aprendizaje” que identificar y que combatir permanentemente por sus limitaciones. Esto supone partir de una actitud de “apertura” a considerar que podemos ser distintos. No es que haya una “interpretación verdadera” a la que podamos acceder, sino que podemos ir aprendiendo, teniendo interpretaciones diferentes y a partir de ello, ser capaces de movernos de un modo distinto por la vida. Claro que honrando el que hemos sido, que cuando nos miramos a nosotros mismos en nuestro pasado nos miremos con gratitud, hemos sido lo que mejor hemos podido ser en cada momento concreto de nuestra vida.
Este tema del aprendizaje es central, las preguntas: ¿qué tienes que aprender aquí?, ¿que te faltó aprender que ahora necesitas?, ¿qué te está mostrando la vida que tienes que escuchar?,  y muchas otras preguntas similares llaman al coachee a mirarse y cambiar no sólo conductas particulares sino que la interpretación que pueda tener de sí mismo, para abrirse a otros modos de estar en el mundo. Esto que he dicho, lo asocio con algunos otros elementos importantes, que el coachee se haga responsable, que la interpretación que elabore lo lleve a tomar control de su vida, no a una interpretación de víctima, de resentimiento, de quedarse pegado en el pasado, sino que de dar un salto positivo, entusiasta al futuro.
La orientación es a la acción, está bien el insight, pero lo central es que las nuevas interpretaciones lleven a nuevas acciones que le permitan al coachee declarar que ahora vive mejor, tiene nuevas capacidades, se mueve diferente por el mundo.
Hay muchos elementos más que destacar en los que profundizaré más adelante: la trilogía cuerpo –emociones y lenguaje, los actos de habla y su importancia, la escucha interpretativa, la noción de quiebre, el mundo emocional y los estados de ánimo, las conversaciones, etc.
 
A mí me parece que hay que aplicar al coaching ontológico el principio ya descrito: es una interpretación, no es la verdad, es un modelo poderoso, útil, bonito, que sirve para mejorar nuestra vida y para nuestro trabajo con personas y con organizaciones. Hay otros modelos tan valiosos, hay otros enfoques de coaching probablemente igual de útiles.

Tengo un fuerte sentimiento de agradecimiento y cariño con quienes han sido mis profesores y compañeros de aprendizaje al mostrarme este “mundo interpretativo ontológico”, me ha permitido salir del quiebre en que me encontraba al principio, me ha ayudado a mirar mis estados de ánimo y los de otras personas, me ha permitido ser más impecable en mi trabajo profesional y, sobre todo, a tener una actitud de aprendiz permanente.

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